Hace 16 años la isla de Cuba dio al mundo entero una de las más importantes figuras de la música y que la llevaron a convertirse en la “Reina de la Salsa”.
Úrsula Hilaria Celia Caridad Cruz Alfonso con su estilo único y ese don que tenía para encantar a las masas durante 55 años la llevaron a ser una reconocida artista en la historia de la música latinoamericana.
Celia que se ganaba la vida cantando en orquestas locales, en la radio y en algunos cafés de La Habana la pulieron en la artista que el mundo conoció.
La orquesta más famosa de La Habana, la Sonora Matancera fue donde inició y que aunque contaba ya con una fama internacional esta elevo aun más cuando Celia llegó a reemplazar a la cantante principal.

A lado de La Sonora Matancera con Celia como cantante recorrieron Cuba y buena parte de Latinoamérica en donde en cada escenario que se paraba la gente coreaba y bailaba sus éxitos como Burundanga o Cao Cao Mani Picao, a los cuales ella supo darle su toque personal.
Celia Cruz en los tiempos de Fidel Castro
Pero no todo fue de color de rosa, durante la revolución de Fidel Castro cambió la vida de todos los integrantes de la Sonora Matancera, como en general, los de gran parte de los músicos y cantantes que vivían de actuar en los clubs y salas de fiesta, que fueron cerrados y prohibidos tras el cambio político.
En 1959 salió de Cuba con tan solo una maleta convencida de que regresaría a su país, cosa que jamás sucedió.

Al mes de salir Celia Cruz recibió la noticia de que su padre había fallecido, pero dos años más tarde su madre Catalina enfermó de cáncer y después falleció.
Celia intentó regresar pero las autoridades cubanas le negaron el acceso declaró que fue el momento más triste de su vida.
Después se fue a Estados Unidos convirtiéndose en la exiliada cubana más famosa llevando su recuerdo de su país y el mensaje anticastrista por todos los escenarios internacionales:
“Por si acaso no regreso, yo me llevo tu bandera, lamentando que mis ojos liberada no te vieran. Porque tuve que marcharme, todos pueden comprender… Y siempre me sentí dichosa, de haber nacido entre tus brazos. Aunque el tiempo haya pasado, con orgullo y dignidad, tu nombre lo he llevado, a todo mundo entero le he contado tu verdad”.
Por su parte el gobierno cubano prohibió sus canciones a los habitantes de la isla aunque dentro de la clandestinidad había quien las cantaba y con esas letras Celia hasta el día de su muerte declaró el amor por su patria.